Una vida llena de excesos, llevaron a Mickey Rourke a pensar en suicidarse. No realizó sus planes gracias a un sacerdote católico al que recurrió en un momento de lucidez: “Una mañana me paré frente al espejo y me asustó lo que vi.
Desesperado, salí de casa y me topé con una iglesia, en la que me recibió con mucha amabilidad el padre Pete Colapietro. Con él hallé el camino para rehabilitarme”, explica el actor en el libro “Marquemos la diferencia: cómo acciones sencillas pueden cambiar el mundo”, próximo a salir a la venta.
Rourke y Colapietro se reunieron varias veces para charlar por horas y meditar. “Bajábamos al sótano del templo, bebíamos una copa de vino, fumábamos cigarrillos y rezábamos”, recuerda el protagonista de El Luchador, cinta que este año marcó la resurrección de su carrera, con una nominación al Oscar.
El actor cree que gracias a esos encuentros, así como al tratamiento psiquiátrico al que aceptó someterse, pudo entender que su autodestructivo estilo de vida era consecuencia de una infancia marcada por el maltrato físico que sufrió a cargo de su padrastro: “Solía golpearme en la cabeza sólo porque le apetecía. También atacaba con frecuencia a mi madre. Yo le odiaba por agredirnos, pero también me sentía impotente, a la vez que impotente, porque no podía hacer nada”.
Ahora Mickey dice estar más preparado para afrontar la vida, con todo y sus frustraciones cotidianas. Para lo cual tiene el apoyo de sus tres mascotas de raza “chihuahua”, los que asegura son su mejor compañía.
Fuente: Homocinéfilus.com
Desesperado, salí de casa y me topé con una iglesia, en la que me recibió con mucha amabilidad el padre Pete Colapietro. Con él hallé el camino para rehabilitarme”, explica el actor en el libro “Marquemos la diferencia: cómo acciones sencillas pueden cambiar el mundo”, próximo a salir a la venta.
Rourke y Colapietro se reunieron varias veces para charlar por horas y meditar. “Bajábamos al sótano del templo, bebíamos una copa de vino, fumábamos cigarrillos y rezábamos”, recuerda el protagonista de El Luchador, cinta que este año marcó la resurrección de su carrera, con una nominación al Oscar.
El actor cree que gracias a esos encuentros, así como al tratamiento psiquiátrico al que aceptó someterse, pudo entender que su autodestructivo estilo de vida era consecuencia de una infancia marcada por el maltrato físico que sufrió a cargo de su padrastro: “Solía golpearme en la cabeza sólo porque le apetecía. También atacaba con frecuencia a mi madre. Yo le odiaba por agredirnos, pero también me sentía impotente, a la vez que impotente, porque no podía hacer nada”.
Ahora Mickey dice estar más preparado para afrontar la vida, con todo y sus frustraciones cotidianas. Para lo cual tiene el apoyo de sus tres mascotas de raza “chihuahua”, los que asegura son su mejor compañía.
Fuente: Homocinéfilus.com