Aunque se nos hayan caído del Mundial, estoy seguro que las nuevas camadas que seguirán surgiendo de esa divina tierra nos volverán a alegrar la vista con sus speedos ajustados, sus cuerpos fibrados, sus aires de gígolós que tantas glorias nos dan.
Seguiremos calentando pijas y ortos para soportar las cremas lechosas que nos traerán estos latín lovers eternos.
Y este Riccardo es otro chacalito a la cosecha.