Capitulo 51
Cuando se va Ester a comer cerramos la puerta con llave y nos vamos a su despacho a comer juntos como un día normal y corriente.
Yo estaba muy nervioso, ¿Qué me diría Enrique? ¿Me echaría otra bronca como ayer? ¿Me despediría? No creía que fuera capaz de despedirme pero… ¿Quién sabe?
-Bueno, ¿Qué tal la mañana?-Pregunta él mientras se sienta en su sitio.
-Normal… sin novedad.-
-Genial, bueno, tenemos que hablar de lo que paso ayer.-Dice serio juntando las manos.
-Pues nada, habla, yo te escucho.-
-Reconozco que quizás ayer por la mañana me pasé, no lo hice con mala intención pero aun así dije cosas de las que me arrepiento, no soy quien para decirte lo que puedes o no hacer y enfadarme porque no me hagas caso pero eso no quiere decir que no te de consejos de vez en cuando porque me preocupo por ti, pero intentaré no enfadarme contigo ni levantarte la voz si no haces lo que yo creo que debes hacer.-
-Ehh… pues no sé qué decir Enrique… Gracias.-
-Lo que me dijo ayer Leon me hizo reflexionar y aunque no me fio de él…-
-Espera, ¿Lo que te dijo Leon?-Le interrumpo.
-Sí, ayer vino a verme por la tarde ¿no te lo había dicho?-
-Pues no, no me había dicho nada. No sé por qué cojones tiene que ir a verte a ti.-
-Quería aclarar unas cosas nada más, y es lo que hicimos.-
-¿Qué te dijo?-
-Si quieres saberlo pregúntaselo a él.-
No me gustó esa respuesta de Enrique pero bueno, parece que no fue mal por qué no estaba muy enfadado aunque hablaré con Leon porque no me ha gustado que fuera a hablar con Enrique sin decirme nada.
-Bueno entonces hacemos como si nada hubiera pasado ¿no?-Le digo.
-Por mí sí.-
-Perfecto.-
Nos ponemos a comer y poco después llaman a la puerta.
-¿Quién será a estas horas si el horario está en la puerta?-Digo yo.
-No sé, da igual no abrimos y listo.-
Vuelven a llamar.
-Me parece que no se va a ir.-Digo yo.
-ESTA CERRADO.-Grita Enrique.
Una vez más esa persona vuelve a llamar a la puerta.
-Joder voy a abrir a ver que cojones quieren.-
Enrique va hasta la puerta y yo le sigo porque tenía curiosidad por saber quién llamaba con tanta insistencia a la puerta.
Enrique abre la puerta y en apenas un segundo él y el que llamaba a la puerta se abrazan.
Cuando se separan y Enrique se hace a un lado puedo distinguir a alguien familiar, era Rubén, estaba muy cambiado, barba desaliñada, pelo bastante más largo de lo que lo solía llevar, una barriga enorme, se veía que había cogido unos cuantos kilos.
Él me ve y esboza una media sonrisa que apenas se podía distinguir entre la frondosidad de su barba.
-Hola Nano.-Dice él.
-Hola.-Digo casi sin fuerza en la voz como un leve susurro.
-¿Qué tal el viaje?-Le pregunta Enrique.
Yo no sabía qué hacer, como reaccionar, ¿Qué hacia él aquí? ¿Debía tratarlo normal o seguir enfadado con él? En un año solo me mando una puta carta, no se dignó ni a llamarme una vez.
-El viaje bien, aunque he estado en el aeropuerto esperando la maleta casi dos horas.-
-Bueno, lo importante es que has llegado bien. Tendrás hambre, vamos al despacho que estábamos comiendo.-Dice Enrique.
Entramos en el despacho y mientras comemos ellos hablan.
-Nano ¿Y tú qué tal? Hace tanto que no hablamos.-Dice Rubén.
-Yo no tengo la culpa de eso, el que se fue sin decir nada y no me ha llamado ni una vez para dar explicaciones o saber algo de mi fuiste tú.-
-Ya, lo siento, quizás no fue lo más correcto pero tuve que hacerlo.-
-Vale, si a mí ya me da igual.-
-Nano, sé amable que es tu amigo.-Dice Enrique.
-Estoy siendo todo lo amable que puedo ser Enrique, me voy a entrenar, así os dejo solos.-
-Nano…-Dice Enrique.
-Déjalo.-Le dice Rubén.
Me puse a entrenar con rabia y enfado y muy en el fondo alegría por ver a Rubén y saber que, aunque muy cambiado, estaba bien.
Poco después llega Enrique.
-Estas entrenando con mucho peso.-
-Lo aguanto bien.-
-Ya se ha ido, sé que estas enfadado con Rubén pero no seas muy duro con él no está en su mejor época.-
-Me hizo daño.-
-Leon también y le perdonaste, no te digo que de hoy a mañana lo trates como tu mejor amigo y no estés enfadado con él, pero no le machaques mucho, creo que no está bien, ya has visto su aspecto descuidado y yo le convencí para que viniera y ayudarlo a levantar cabeza, no lo fastidies tú haciéndole la vida imposible.-
Asiento con la cabeza.
-Quiero que vuelva a trabajar aquí, pero para eso tiene que ponerse en forma otra vez y le tendrás por aquí a menudo entrenando. ¿Será eso un problema para ti?-Pregunta.
-Mi trabajo es entrenar gente, y eso haré, me da igual quien sea soy un profesional.-
-Está bien.-
-Por cierto me voy a sacar el carnet de conducir asique igual algún día tengo que venir más tarde por el examen.-
-Vale sin problema.-
-Bueno aún quedan semanas para eso acabo de empezar.-
-Vale, cuando lo necesites, sabes que conmigo no tienes problema.-
Enrique se fue y yo me quede pensando en que me tocaría pasar ratos con Rubén y que no me apetecía nada.
A media tarde me llama Borja y me dice que hoy no viene y que llame a Leon para que me lleve a casa. A Borja aun le daba miedo que fuera solo por la calle de noche desde que me asaltó el ex compañero de Leon.
Llame a Leon para que viniera y una media hora antes del cierre ahí estaba.
-Hola.-Dice Leon.
-Hola, ¿puedes esperar fuera?-Le pido para que no haya problemas con Enrique.
-No, tranquilo, no pasará nada si estoy dentro.-
-Ya me ha contado Enrique lo de tú visita, ya hablaremos luego tú y yo.-
-Sabía que me iba a caer bronca.-Dice con tono de broma y yo le miro de con el ceño fruncido.
Poco después llega Enrique y ve a Leon.
-Hola, ¿Cómo estás?- Le dice Enrique a Leon y le extiende la mano para saludarlo.
-Bien, he venido a buscar a Nano para que no vaya solo a casa.-
-Vale, bien.-Responde.- Nano si quieres puedes irte ya que termino yo de recoger.-
-¿Enserio? ¿No te importa?-Pregunto sorprendido.
-No, tranquilo, no hay mucho que hacer, no hagas esperar a Leon, mañana te veo.-
-Genial gracias.-Le digo a Enrique.
Voy a cambiarme de ropa y a por mis cosas y cuando vuelvo veo a Leon ayudando a Enrique a recoger. Jamás hubiera pensado que mis ojos llegarían a ver esa escena, Enrique no solo estaba respetando mis decisiones sino que también está intentando ser amable con Leon aunque una parte de mi pensaba que era como una forma no verbal de decirme que si él se portaba bien con Leon yo me tendría que portar bien con Rubén.
-Estoy Leon vámonos.-
-Genial, hasta otra Enrique.-Dice Leon
-Adiós.-
Nos subimos en la moto y vamos a casa. Al llegar paso por casa de Borja para ver si ha llegado de trabajar pero no contesta asique asumo que aún está currando.
-Que sepas Leon que no me ha gustado nada que fueras a hablar con Enrique sin decírmelo.-
-Es que si te lo digo no me hubieras dejado ir.-
-Ya, pero lo que pasa entre Enrique y yo es cosa nuestra no te tienes porque meter.-
-Bueno, es cosa vuestra hasta cierto punto porque discutíais por mi culpa. Además fui en buen plan, serio, respetuoso, sin insultar ni gritar y solo le dije lo que pensaba y parece que ha entrado en razón, no creo que seamos amigos nunca pero ya has visto que al menos ahora podemos estar en la misma habitación sin que haya miradas asesinas.-
-Sí, eso es verdad aunque en el gimnasio nunca faltan esas miradas…-Dije pensando en Rubén.
-¿A qué te refieres?-
-No… a nada…-
-¿Seguro?-
-Sí, no pasa nada. La próxima vez que vayas a hacer algo como lo de hablar con Enrique no lo hagas a mis espaldas.-Le digo.
-Vale.-
No quise decirle a Leon que Rubén había vuelto, no sé por qué pero prefería decírselo en otro momento.
Cenamos y le cuento que ya empiezo con lo del carnet de conducir y él se alegra mucho, poco después nos vamos a la cama a aprovechar que hoy Leon no trabaja y puede dormir conmigo.