Austria tiene un problema con las solicitudes de asilo de refugiados homosexuales. Las autoridades de migración y asilo de Viena rechazaron la solicitud de asilo de un refugiado iraquí porque decían que su supuesta homosexualidad era falsa, ya que era “demasiado femenino”.
Los agentes responsables de estudiar su solicitud de asilo consideraron que el joven iraquí de 27 años no era creíble cuando se declaraba homosexual. Esa falta de credibilidad la justifican en el comportamiento del solicitante de asilo. Alegan que sus expresiones y gestos eran falsos, no los de un homosexual sino los de alguien que quería hacerse pasar por tal para obtener asilo.
El oficial que rellenó la documentación para rechazar la solicitud de asilo llegó a escribir, para justificarse, que el joven afgano no tiene una extensa red de amigos y se pregunta: “¿Los homosexuales no tienen tendencia a ser sociables?”.
Según los medios austríacos, el joven era un miembro activo de grupos LGBT en Irak y huyó del país de Oriente Medio en 2015 temiendo por su vida. Este caso llega apenas una semana después de otro similar. Un afgano de 18 años que se declaraba homosexual también vio rechazada su solicitud porque “no se vestía ni actuaba” como gay.
Amnistía Internacional cargó contra el gobierno austríaco en un comunicado: “El lenguaje inhumano (de la oficina de asilo) no es conforme a los requerimientos de un proceso justo y basado en la ley”. El gobierno defendió a los agentes de migración y asilo.